Rugido Austral

crisalida y su emotivo viaje
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28 de septiembre 2024
Por:  Claudio Miranda
Fotografías:  Juane

 

“Cuando los dioses nos miraban, los podíamos mirar a los ojos. Dioses que podíamos respirar desde una orilla de la playa”. Con los versos de Walter Contreras (“La Carpa del Diablo”), empezamos el recorrido a través de “Niños Dioses”, el próximo nuevo álbum de Crisálida, por lejos la banda más importante del rock y metal progresivo hecho en Chile durante los últimos 20 años.
En un encuentro íntimo entre prensa, músicos e invitados ilustres, tuvimos el honor de disfrutar y analizar un álbum que, pese al largo tiempo transcurrido desde Terra Ancestral (2015), apunta a una variedad mucho más amplia de colores y pasajes sonoros, predominando la atmósfera del desierto y el altiplano. En dicho contexto geográfico se desarrolla el concepto del disco, inspirado en el Niño del Cerro El Plomo; un relato sobre las ceremonias incaicas de sacrificio y ofrenda, el Capac Cocha (“obligación real”, en quechua), donde los niños provenientes de la máxima jerarquía inca eran destinados a reunirse con sus ancestros y proteger juntos tanto a la tierra como a su pueblo.

Cinthia Santibáñez, voz y líder de Crisálida, nos comentó: “Me inspiró la historia espiritual, el tener a un niño dios, que está ahora en el Museo de Historia Natural y fue descubierto hace 70 años. Es de in impacto muy importante, ver que ese niño llegó y durmió ahí para cuidar a todo su pueblo en el valle de Santiago. Hay todo un trabajo real, con mucho respeto y mucho amor. Es muy importante hablar de esto, porque es historia. Es trascendente, con el respeto que corresponde. Sin apropiación cultural ni nada de eso, sino con profundo respeto y amor.”

Los guitarristas también tuvieron la palabra, empezando por Sudy Aam, quien se integró a la banda hace un tiempo y en este trabajo debuta como partícipe en el trabajo creativo: “Había ideas preconcebidas y el disco llevaba cierto desarrollo. Cuando yo me integré a la composición, lo hicimos desde la afectación emocional que nos produce la historia de estos niños. Ninguno de nosotros es arqueólogo,
aunque alguno de nosotros trató de serlo (risas). Y podrán ver en el disco que hay distintos pasajes sonoros en el disco, lo que nos evocó a hacer partes
melancólicas, otras partes más poderosas. Todo eso siempre pensando en el concepto del disco sobre el Niño en el Cerro El Plomo”.

Damián Agurto, quien regresa a Crisálida y estuvo en el proceso del anterior Terra Ancestral, nos expone su visión respecto al nuevo proyecto discográfico: “Desde Terra Ancestral han pasado casi 10 años. Hay mucho desarrollo musical entre medio y te puedo contar la historia de la banda desde mi llegada. Había una base
que ellos construyeron en el disco Solar (2012) y yo me acoplé a aquello.
Hicimos migas en cuanto a componer, quizás porque nos gustan los mismos
grupos, los mismos sonidos, vamos hacia el mismo lado. En Crisálida se hace muy poca música ‘feliz’, y en base a eso, como grupo hicimos ahora un viraje hacia algo menos opaco y más agresivo. Todo es colectivo y se da de manera natural.”

Crisálida, además de sus integrantes, también cuenta con un respaldo enorme en cuanto a producción e ideas musicales; Cristián Mardones Aldana, productor e ingeniero de sonido, lleva más de una década colaborando con Crisálida, no solamente detrás de la mesa con el sonido en vivo, sino proponiendo ideas en favor de la dirección a tomar en cada producción: “El proceso parte con la escritura de El Niño, y a diferencia de Terra Ancestral, el proceso sonoro toma un viraje hacia cosas más modernas que instauran un estado de arte en la música. Se orientan las decisiones técnicas de la banda en una forma distinta. Las fichas técnicas que ocupa hoy la banda, no son ni parecidas a las que ocupábamos al principio.”

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Mardones, un ingeniero con 30 años de vasta experiencia, da en un punto clave, el movimiento de piezas dentro del equipo: “Han ido cambiando los músicos, por ende los setup de cada músico son distintos, igual que las sonoridades. Todo ese trabajo se realiza en pro de un objetivo fijo. En mi rol, yo contribuyo a que los muchachos lleguen a un destino que se busca a nivel de sonido. Lo que más podría destacar, es que hay otro tipo de decisiones. Para la banda, al momento de entrar al estudio, es importante que se sientan en comodidad al momento de desarrollar los temas. Y esa confianza que hemos construido, es la base para que se plasme las intenciones artísticas en cada canción. Y a diferencia de los dos trabajos anteriores, este proceso ha sido super lindo, muy relajado y mucho más corto en términos de grabación. Estuvimos encerrados en el estudio 4 días y lo pasamos bien. Es difícil para uno, como músico, llegar preparado al estudio de grabación”, concluye.
La portada del disco estuvo a cargo del diseñador e ilustrador Jean-Pierre Cabañas, director del prestigioso estudio Medu1a. Cabañas fue el encargado de dicha labor en el Terra Ancestral, y en “Niños Dioses” vuelve a ser responsable de dar rostro y colores al nuevo ciclo: “Todo parte del concepto planteado por Cinthia.
La diferencia es que Terra Ancestral está orientado hacia el sur de Chile, mientras que el nuevo trabajo lo está hacia la zona centro-norte. En el disco anterior había una paleta de colores, inspirada en el paisaje y la naturaleza de la Patagonia, el musgo y el frío. Había una interpretación de la selva, interpretada en la portada a través de la figura femenina. Había un asunto de cómo interpretar la visión de las culturas ancestrales, pero desde la mirada de la propia banda. Hay atisbos como el personaje de la mujer en Terra Ancestral. En Niños Dioses fuimos hacia el otro lado.” Y es ahí donde Cabañas coincide con Cinthia en un punto determinante como es el lugar de origen: “Ambos somos hijos del desierto, originarios de Antofagasta. Conocemos perfectamente la geografía precordillerana de Chile. Pueden notar las tonalidades violeta anaranjada y color tierra. Era complicado abarcar el tema de los niños-
dioses, que son momias, es una visión fuerte a nivel visual y temático. Había que enfrentar el tema de personificar a los niños, que lo verán apenas se libere la portada. Nuestra misión era, de alguna forma, volverlos a la vida, como fueron alguna vez y no como los conocimos en su estadio momificado.”
El trabajo de Cabañas, como productor y artista visual, tiene como base el mural, por lejos la expresión pictórica que mejor caracteriza el rostro y temple de todo un continente. Y el propio diseñador quien remarca aquello en su colaboración, en especial para este nuevo lanzamiento: “Si bien hay guiños a los trabajos anteriores, la influencia de los muralistas latinoamericanos es potente. Durante una gira de nuestra agencia, pudimos apreciar en México el trabajo de Siqueiros, Jorge González Macarena, y eso nos voló la cabeza. En verdad, todos muralistas antiguos, de la década del ’50 son increíbles. También hay un gran muralista chileno llamado Inti, cuyo trabajo lo pueden ver afuera del metro Bellas Artes. Y eso nos lleva a una parte que nutrió la identidad del álbum”.

Como es sabido, fue el productor e ingeniero portugués Daniel Cardoso quien, además de la supervisión, se encargó de las baterías. El bajista Braulio Aspé explica de manera concisa lo que fue el trabajo a distancia con Cardoso: “Fue trabajo vía correo. Teníamos las maquetas y Daniel hacia las correcciones desde su estudio. También grabó todas las baterías y ayudó a subir el nivel de las canciones. Nuestra reacción fue  pensar que estaba a otro nivel. También nos aportó esos detalle menores que le dieron forma a la música, lo que hay en las propuestas que nos mandaba de vuelta durante nuestra interacción.”

No solo fue la presentación del disco a la prensa, sino que hubo espacio para presentar al baterista Pablo Stagnaro como la flamante contratación. Si bien hizo su estreno hace un par de semanas abriendo a Tesseract en el teatro Coliseo, es el propio Pablo quien se refirió a su ingreso como una suerte de fan que cumple el sueño de tocar en su banda favorita: “Agradezco la bienvenida a los chiquillos. Conozco a la banda desde finales de los ‘90s, y estoy feliz de que me hayan aceptado. Todos los bateristas que han pasado por Crisálida son super talentosos, con los temas antiguos había un desafío, y con este último disco ya había problemas (risas). Me gusta eso, porque te obliga a practicar más. Voy a poner un porcentaje más de lo mío en los shows en vivo.”

Hablando de Daniel Cardoso, el saludo sorpresivo por video del productor y músico portugués era obligatorio: “Quiero dejar un gran abrazo, y decir que fue un placer trabajar con vosotros una vez más. No solo fue la parte técnica y la mezcla, sino que fue un gusto trabajar en toda la producción, con gran ayuda de Cristián Mardones. Como baterista, fue un placer contribuir con mi identidad musical para un nuevo disco de Crisálida. Les deseo mucha suerte y nos vemos el próximo año”.

Niños Dioses” verá la luz durante el mes de noviembre y próximamente habrá un show de lanzamiento en vivo. Sobre la edición del álbum, la banda nos adelantó que existe la posibilidad de editarlo en vinilo como formato prioritario. Por ahora, “El Niño” y, más recientemente, “Destino”, son los adelantos de un álbum que promete un salto de jerarquía inédito y necesario a la vez.  Respecto al contenido del álbum en su totalidad, la orientación de Crisálida en esta nueva incursión va hacia un lado más intenso, donde la carga emocional juega un papel clave y la influencia de Meshuggah va de la mano con el distintivo de una agrupación que apunta siempre hacia adelante y remarcando la identidad ancestral como parte de un ADN consagrado en el metal de vanguardia a nivel local y sudamericano.

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