Rugido Austral

wardruna
Resonando con los dioses en el valhalla

La constelación noruega WARDRUNA llega por fin a nuestro país para deleitar a un Teatro Caupolicán lleno hasta el tope, con sus imponentes sonidos. Un reencuentro ancestral con la magia nórdica que retumbó cual tormenta en cada uno de los rincones del lugar y en cada una de las almas presentes.

09 de octubre  2024
Por:  Bastian Basaure
Fotografías: Francisco Aguilar

Nueve de la noche en punto y las luces se apagan; no queda nada más que un escenario adornado con cuernos y una gran runa en el telón puesto detrás del escenario del teatro Caupolicán donde sonidos de tambores y drones generaban una atmósfera perfecta para lo que estábamos a punto de presenciar.

Sonidos de cuervos y un potente ostinato en el Mora harpa de John Stenersen le dio el inicio a “Kvitravn”, canción que le da el título a su último disco de estudio lanzado el año 2021. Este sería el comienzo de la mítica travesía; una canción profunda que sentó las bases del viaje hacia otro mundo, un verdadero ritual en el cual el proyecto liderado por Einar Selvik mostraría toda su gama de sonidos; aquellos que danzan entre percusiones, drones electrónicos, voces e instrumentos tradicionales nórdicos.

Le siguieron “Skugge” y “Solringen”, donde las visuales se tomaron el protagonismo del show, las siluetas de los músicos en el escenario proyectadas en un telón blanco y la imagen de lo que parece ser un eclipse crearon una atmósfera solemne e intensa la cual tuvo su punto máximo en “Heimta Thurs” que hipnótica invita al trance, a dejarse ir en las manos de algo que trasciende el alma, a cerrar los ojos y conectarse con naturaleza. Al silencio detrás de la música, esa que se ve interrumpida por el estruendoso rugir de la tormenta impetuosa que trae consigo la majestuosidad de los rayos dejando a la audiencia eufórica en ovaciones incansables hacia la agrupación. 

Hertan” (single lanzado el 5 de abril de este año) generó un momento muy mágico entre los nórdicos y el público chileno. La canción  en un compás de 6/8 se acompaña por  percusiones y un trompe el cual se sintió extremadamente familiar, haciendo que la fanaticada empezara a aplaudir a ritmo de cueca, demostrando que la música no es solamente un lenguaje universal, sino que también puede generar puentes entre culturas tan distantes como la escandinava y la nuestra.

WARDRUNA

Le siguieron “Kvit Hjord” con su bella introducción con vientos y cuernos y “Lyfjaberg” que fue uno de los puntos más altos del show gracias a su bella melodía en el Mora Harpa. Su ritmo fúnebre y las visuales que volvieron a tomar protagonismo mostrando una imponente montaña, se hicieron uno con las percusiones que cerraban la canción en un poderoso solo.

Las luces se vuelven tenues, mientras en el escenario se queda solamente Einar y su Tagelharpa. “Voluspa” invade impetuosa pero casi silente, se escucha susurrante un coro de voces que provienen de los presentes creando uno de los momentos más conmovedores de la noche. 

Al escenario se une Eilif Gundersen para hacer sonar el poderoso Lur en un llamado impetuoso a los dioses que acompañan a la batalla. “Tyr” invade potente haciendo temblar el piso del teatro. Le siguen “Isa“, “Grá” y “Runaljod” en las cuales la multifacética y carismática voz de Lindy-Fay Hella se luce en su máximo esplendor. 

Los asistentes aplauden, gritan en señal de agradecimiento y rugen para unirse a la consigna vikinga más grande que se ha podido presenciar en nuestro país. Una que lleva por nombre Wardruna.  

La velada avanza y las composiciones se van desenredando suaves a través de las horas; “Rotlaust Tre Fell” y “Fehu” hacen su aparición mágica, llenando el  aire de una atmósfera suprema de magnetismo sonoro insuperable. Los retumbes de las percusiones de “Arne Sandvoll“,  “Sondre Veland” y  “HC Dalgaard” fueron imprescindibles durante todo el recorrido, entregando la fuerza suficiente para que cada canción adquiriera una fuerza que pareciese entregada por los mismos dioses.

Se detiene la música por un instante para dar paso a unas solemnes palabras de Einar: “Para nosotros, esto no es viajar en el tiempo ni de tratar de ser vikingos nuevamente; es tomar algo antiguo que aún se encuentra en nosotros y crear algo nuevo con ello. Cuando miras hacia atrás en el tiempo, puedes ver similitudes tanto en la música, en los símbolos y en la cultura en general, especialmente en lo que involucra las tradiciones relacionadas con la naturaleza porque todos nacimos de ella. Hay muchas cosas que transmitimos cuando cantamos; yo siento que no cantamos lo suficiente. Todos deberíamos cantar más“.

A esto agrega: “La siguiente canción es acerca de la muerte, de cantar y recordar a alguien que hayas perdido y honrarlo, es una canción acerca de cruzar al otro lado, pero también acerca de dejar ir. Esto es “Helvergen. El teatro quiebra el silencio con aplausos.

La despedida de los noruegos vino por partida doble, “Raido” es el primero de los Encore en aparecer luego que los aplausos y vítores del público consiguieran que Selvik dijera: “Estoy entendiendo como demuestran los chilenos que quieren una canción más” y una vez más los presentes agradecen coreando y festejando este emblema de Wardruna que vio la luz ya hace casi una década.  

Einar pide silencio para agradecer al todo su equipo de trabajo  el cual hizo posible que pudiesen tocar en nuestro país y luego de los aplausos de la concurrencia agrega: “Hice música para un programa de televisión llamado -Vikings- el cual se basa en un personaje de la poesía nórdica llamado Ragnar Lothbrok y uno los poemas más famosos habla de la vez que fue capturado y tirado a una fosa llena de serpientes en donde, siendo un valiente hombre nórdico, comienza a escribir poesía y les cantaré este poema a todos ustedes ahora.” Con una luz tenue y su Tagelharpa, Einar Selvik interpreta solemnemente “Snake Pit Poetry” transmitiendo el sentimiento de dolor y resignación que cuentan sus letras mientras el teatro, que se encuentra repleto, se mantiene en silencio sepulcral. Un final que se contará por cada rincón del lugar que vivió para presenciar uno de los mejores espectáculos que ha tenido nuestro país en mucho tiempo.