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Rugido Austral
P.O.D EN EL TEATRO CARIOLA:
UN MOMENTO QUE NOS DEJo MaS VIVOS
El final de la década de los 90s, junto con la salida de las importantes segundas producciones de Deftones y Korn, dieron el impulso a una importante generación de bandas asociadas al sonido del “nuevo metal” o Nu metal. Dentro de esa segunda línea de bandas estaba P.O.D. (Payable on Death), banda de San Diego, California, con un sonido basado en afinaciones bajas de guitarra (para la época) y líneas de bajo siempre al borde del “slap”, más cercano al funk que al metal heredado de la década anterior. Si hubiese que poner puntos de diferencia entre P.O.D. y otras bandas del estilo y época, estos serían la voz de Sonny Sandoval, un verdadero MC en escena, mucho más cercano a los raperos de NY que a los “Growls” de Jonathan Davis y la cercanía de la banda con los valores asociados a la religión que profesan desde sus inicios.
La jornada del Teatro Cariola, comenzó cerca de las 20 hrs, con el show de apertura de los nacionales SINKARMA, de los cuales solo podemos decir que quisiéramos verlos más seguido sobre los escenarios ya que, sin temor a equivocarse, deben ser una de las bandas más prometedoras de la escena chilena, en lo que a metal alternativo se refiere.
Con dos discos a su haber, Rahez del 2010 y Moshka del 2019, en 40 minutos repasaron esa discografía de buena manera frente a un público que, con el correr de los minutos, entró en sintonía con canciones como “Victima y Verdugo”, “Epifanía” y “Sueños de cristal”. Buen punto de partida para una noche que giraba en torno al sonido y estilo que propusieron los chilenos en escena.
Tras un breve break técnico, sin muchos contratiempos horarios, y con un público bastante más cercano al que llego al número definitivo, recibimos en chile la visita de los mexicanos de TODOS LOS MUERTOS.
Sobre ellos hay que decir que desde el comienzo impusieron sus términos, muy cercanos a la raíz que proponen históricamente bandas como Brujería (hubo varios guiños durante el show), pero con la modernidad y el “crossover” que propone ver a un Dj sobre el escenario de una banda de metal.
En plena promoción de su disco Nación Suicida, nos dejan una interesante aproximación a lo que está pasando en tierras aztecas con respecto al metal del cual recibimos poco feedback, quizás por lejanía geográfica o por la forma de difusión de otras latitudes. De cualquier manera, hicieron vibrar al público presente en el Cariola con temas como “Tanto Poder“, “Incediarios“, “Hasta quemarnos” y “Víctima de tu propia muerte“.
Pasado las 22 hrs, con un breve retraso técnico, por algún problema relacionado con las pistas/secuencias del baterista y que fue salvado absolutamente por la experiencia del Ingeniero de sonido a cargo quien animó al público con micrófono en mano desde la mesa y calmó la impaciencia de muchos por empezar a escuchar lo que propondría la banda de San Diego.
Suena la breve introducción de una voz femenina/robótica (la misma que abre su nueva producción “Veritas”) para dar paso al corte de entrada de P.O.D. con “Drop”, el cual cuenta con la participación de Randy Blythe de Lamb Of God, y que transformo la impaciencia en catarsis cuyo primer punto culmine, se da en el momento que suena el tándem “Set it off” / “Boom”, ambas canciones de su superventas “Satellite” que terminan de dar inicio a un show lleno de éxitos y momentos emotivos. Quizás la emotividad y cercanía de P.O.D. para con el público sudamericano, esta cimentada en la raíz latina de varios de sus miembros (3 de ellos miembros originales de la banda, solo falta “Wuv” Bernardo que deja la banda en 2021) y esto se vio reflejado en cada una de las intervenciones de Marcos Curiel, quien después de advertirle al público chileno que hablaría en un perfecto “Spanglish”, comenzó una intensa conversación entre canciones con una audiencia, que no dudo en responder a cada una de sus preguntas y solicitudes.
Canciones como “Satellite”, coreada por todo el Cariola, “Soundboy killa” y la reconociblemente asociada a la banda sonora de la película The Matrix Reloaded, “Sleeping Away”, mantuvieron el curso de un show que no bajo en términos de energía y despliegue.
El final del show con “Youth of the Nation” y “Alive” nos reservaba un momento de alta emotividad, la cual ya había estado presente cuando un niño con una camiseta con la leyenda “Quiero estar en el escenario con ustedes”, sube junto a su papá y siguen viendo el show al costado del escenario a metros de la banda a los cuales se suma muchacho en situación de discapacidad sobre su silla de ruedas en plena interpretación del éxito de la banda en la era MTV, y fue él mismo quien acompañó a Sonny, coreando a dúo el final de una canción que habla de esperanza y redención. Creo que nos dejó a todos un poco más vivos.
Interesante fenómeno el del Teatro Cariola, que bajo la producción de Chargola, está dando espacio a bandas las cuales teóricamente parecen menos convocantes, pero que cuentan con una fanaticada ávida de verlos, aunque parezcan haber olvidado a Sudamérica en sus giras.
