Rugido Austral
ÁLBUM REVIEW: sangría
"ESCLAVO DE LA IRA"
Desde la profundidad rocosa, la piedra solitaria permanece en el recuerdo, ese que es agreste, por momentos seco, pero que a la mínima lluvia se vuelve lodoso, putrefacto, con vida propia desde el averno renace y el olvido que en algunos momentos hizo merma, se disipa como polvo de meteorito qué cae en el firmamento, aquel polvo cubre de capas los rostros mientras los días y las noches pasan inexorablemente haciendo mermas en el cuerpo.
Cuando los astros se conjugan de atributos entregan estruendos que remueven las cenizas, explotando, quemando, emergiendo en la danza que da vida y muerte, con el ciclo que renace desde la esencia, la lluvia nutre de agua para completar el rito de la naturaleza esa que da y quita.
Esclavo de la Ira es un grito funesto que se dispara desde lo más profundo en donde el palpitar comienza a penas a pulsar, emergiendo en una furia que no da tregua, inundándose del barro que retuerce las entrañas, para destrozar cada hueso qué débil se encarama, sed que empantana los pensamientos y respiros, de apoco se ahoga tu cuerpo llenando de putrefacción cada centímetro qué puedes ver alrededor.
Sangría nos entrega un ritual que se vuelve un trabajo esencial para una escena que entrega su núcleo a los sonidos más oscuros, distinguiéndose por el sello propio que en todo este tiempo sobre el ruedo que lo diferencia del resto, lobreguez absoluta llena de esa furia que evoca volcanes en plena explosión al corroer esa lava de incandescente sentir que va destruyendo mentes las cuáles no tienen donde huir, machacar que no da tregua, en donde se siente la cólera de la naturaleza, canto ritual en pleno estallido, fuego en constante ebullición volviéndose lacerante que entra como un mar galopante que no entrega respiro, volviendo cada armonía en un manto que cubre el valle.
Esclavo de la ira es denso, tupido, espeso, es como entrar en un pantano nauseabundo en donde a cada paso se te pega el fango y no puedes seguir caminando, por momentos opresivo de una densidad sonora profunda que va recorriendo cada centímetro de tu cuerpo para entrar en un letargo hipnótico y severo, catatónico en donde el peso se vuelve opresivo llevándonos a una condena que se vuelve eterna. Sangría nos introduce por un viaje a la introspección, reflexión o abstracción, desconstrucción interna en donde la melodía se vuelve intensa, densa, llena de un vigor profundo, en donde se unen la vida y la muerte para entregarnos armonías llenas de pudrición sonora que va en plena incineración sobre los cuerpos de aquellos débiles de mentes, se carcome la carne, entregando alimentos a larvas y millones de insectos.
Este trabajo está inundado con densidad de alto tonelaje, tremenda creación que vuelve a recorrer los parajes más sombríos del ser, entregándonos un putrefacto destello que oscurece hasta al mismo astro sol.