Y si te pones a pensar en el pasado, ¿Cuál es el momento más difícil por el que tuvieron que pasar? ¿Y qué lo hizo decidir continuar con la música?

Manuel: Es una respuesta fácil y complicada al mismo tiempo, porque el peor momento para nosotros fue cuando nuestro primer baterista se suicidó. Éramos una banda muy joven. Teníamos 21 años y ya estábamos muy unidos. Y, por supuesto, cuando se suicidó, lo fue lo peor que podría pasar. Y yo acostumbro a pensar sobre lo que sucedió en mi vida y qué haría diferente de manera diferente para no sufrir lo mismo que ya he sufrido.  Y cuando pienso en que podríamos haber hecho para que él cambiara de opinión, que, por supuesto no lo hizo, no sé si podríamos haber hecho algo diferente porque en realidad estuvimos ahí para él tanto como pudimos estarlo como amigos. Ya sabes, lo tenía al teléfono todos los días y así había sido desde que fue nuestro mejor jugador en el equipo de futbol cuando estudiábamos juntos. En realidad, no sé qué podría haber hecho de manera diferente. Así que a veces tienes que aceptar que no tienes poder en absoluto.

Y por eso nació The Nameless Desease, ¿verdad?

Manuel: Sí, claro. En realidad, fue un proceso muy egoísta. Sabes, como te dije, escribo todas las letras y solo quería quitarme la frustración. Cuando empecé a escribir las letras, empecé a expresar todos los sentimientos que tenía después de la muerte de mi amigo. Y en el disco puedes encontrar todos los pasos del duelo, en realidad; puedes encontrar la tristeza, la negación, la ira.  Era una persona muy egoísta, Incluso cuando hablo de él, hablo de lo que yo sentía por él. Y yo nunca pensé que tanta gente se sentiría conmovida por esto. Cada vez que tocamos en vivo hay alguien que viene después del show a hablar conmigo y me dice que el disco realmente lo ayudó porque él pasó por la misma situación, perdió a alguien, o tal vez a veces, intentó suicidarse y finalmente el álbum lo ayudó un poco. Sabes, realmente no cambiamos el curso de la vida, pero sí, este álbum realmente significa algo para algunas personas.

Y si pensamos en el nuevo álbum, Second Thoughts todavía tiene las letras sombrías, ya sabes, sigue siendo un álbum muy emotivo e intenso, pero en la música en sí se puede notar un, como algunas estructuras diferentes y nuevos sonidos más progresivos. ¿Qué fue lo que influenció estos nuevos cambios?

Nicolas:  Evolucionamos como personas en todos estos años y entre el último disco y este. Seguimos escuchando bandas muy diferentes. Para los primeros 3 discos escuchábamos música muy divergente y para este último tiempo estamos escuchando muchas bandas como Mastodon o Leprous y nuestra música tiene una fuerte influencia aún de bandas como Paradise Lost, Katatonia y también hemos estado escuchando bandas nuevas que a veces no tienen nada que ver con el mundo del metal. A veces nos inspiramos en películas, incluso pueden notarlo en el álbum. Intentamos no tener siempre las mismas influencias para que la música que escribimos vaya evolucionando con nosotros como personas. No sabría decir si son influencias más progresivas porque hay nuevas bandas que no tienen relación al metal, por ejemplo, Manu y yo somos grandes fans de Father John Misty, un cantante de Folk de los Estados Unidos. No tenemos límites cuando no escribimos nada.

Manuel: Exactamente. Esa es la idea principal de la que solo traes ideas de cualquier cosa, no solo de la música. El hecho es que ¿podemos hacer algo coherente con ello? ¿Podemos incluir un sonido disco en The Old Dead Tree y hacer que suene como The Old Dead Tree? De hecho, esto sucedió en la canción Fresh Start. Si escuchamos el teclado al principio es casi Abba, es muy alegre en realidad, pero la forma en que lo pusimos en la canción lo hace sonar muy diferente. Creo que la verdadera fuerza de la banda es que podemos cambiar cosas que podrían sonar muy extrañas para el rubro del metal y convertirlas en la música de The Old Dead Tree y todos sabrían que es nuestra música, incluso si nunca la hubiésemos tocado. Esto es realmente difícil de trabajar, porque tenemos que centrarnos en el proceso de convertir el barro en oro algunas veces.