Rugido Austral

coroner en sala metronomo
thrash, progresion y virtuosismo en el
underground

Escrito por PABLO FARIAS

Fotografías por RUBÉN GARATE

Tras diez años de espera los suizos CORONER  aterrizan nuevamente en Santiago para celebrar sus 40 años de carrera, presentando lo mejor de su repertorio y el lugar elegido para tan magno suceso fue la insigne Sala Metrónomo el pasado 28 de marzo.

Recuerda hacer click en las fotografías para visión ampliada.

En una otoñal tarde de viernes, los amantes del Thrash/Progresivo se congregaron a las afueras del recinto ubicado en la calle Ernesto Pinto Lagarrigue, alrededor de las 19:00 horas en donde los primeros entusiastas hacen su ingreso al local para tomar la mejor posición. Al principio la concurrencia es mas o menos escasa y los asistentes amenizan la espera con una buena cerveza, conversando y cantando los clásicos de bandas como Megadeth y Pantera que suenan como música de fondo.

Lo primero que llama la atención es la cantidad de thrashers veteranos que se divisan entre el público; las canas se hacen presentes y la emoción se notaba en ellos. Por otro lado, un puñado de representantes de las nuevas generaciones también decían presente, visiblemente eufóricos ante la oportunidad de ver a esta banda que tal vez, sin proponérselo, alcanzaron el estatus de banda de culto entre las distintas generaciones.

21:30, el lugar ya se encuentra con mucho público, los cuales toman posición y con la puntualidad de un reloj suizo, Ron Royce, Tommy T. Baron y Diego Rapacchietti salen a escena, acompañados del señor Daniel Stössel, el hombre a cargo de los teclados, efectos y segundas voces, tan características de la música de Coroner.

La cosa parte con “Intro/Golden Cashmere Sleeper Part 1” para luego dar paso a dos temasos del disco Grim (1993), “Internal Conflicts” y “Serpent Moves”. Con este aplastante inicio la banda hizo gala de toda su maestría musical, con un sonido que francamente no erraba ni una nota a la vez que cubría cada espacio del local.

La hipnótica música de “Serpent Moves”, era acompañada de un juego de luces y una serie de imágenes que parecían sumir a los asistentes en un intenso trance del que no parecían querer salir.  Esta intensa experiencia continuaba con “Divine Step (Conspectu Mortis)” del insigne Mental Vortex.

 

A continuación, el señor Ron Royce, saluda a los asistentes y nos presenta el único tema nuevo de la noche “Sacrificial Lamb”, una pieza pesada, y de sonido bastante intenso que no tiene nada que envidiar a los viejos clásicos. “Semtex Revolution” y “Tunnel of Pain” fueron uno de los mejores momentos de la noche, bajo la tarima los asistentes cabeceaban, se movían y gritaban, mientras sobre el escenario la música, las luces y las imágenes hacían una perfecta sinergia.

La banda hace otra pequeña pausa para agradecer al público quienes en respuesta aplauden mientras, en tono de broma le gritan a Ron Royce Nosferatu”, lo que hizo que toda la banda riera y eso, además, contribuyó a generar una complicidad entre el público y la agrupación.

Status: Still Thinking” y “Metamorphosis”, son los siguientes temas que no dan tregua, mención especial aquí para el señor Diego Rapacchietti, quien hizo temblar la Sala Metrónomo, haciendo un solo de batería digno de un maestro de la percusión.

Luego Ron presenta el tema “Masked Jackal”, lo que marca un antes y un después en esta presentación, la presión se vuelve sofocante de un segundo a otro, el sudor comienza a correr, el “olor a thrasher” se hace notorio, el calor aumenta y el caos se desata en su máxima expresión.

No hubo alma que no cantara, no hubo cuello que no se moviera, ni loco que no se sintiera feliz. En ese momento no pude evitar recordar al gran Homero Simpson cuando dijo: “Ahora comparto ese sentimiento de autodestrucción que hace del Rock and Roll el rey de la música”, sin duda un momento inolvidable.

Pero como no había tiempo que perder, “Grin (Nails Hurt)”, mantuvo el animo de los presentes al máximo, posterior mente a esto, la banda abandonó el escenario, solo para volver unos momentos después e interpretar su versión cargada de esteroides de la clásica “Purple Haze” del gran Jimi Hendrix.

Ya en la recta final, Ron Royce, anuncia que viene un tema del primer disco y luego comienza “Reborn Through Hate”, lo que encendió nuevamente a los asistentes. Acá vale la pena destacar el trabajo del equipo técnico que con un poco de humo y unas luces hicieron que el escenario se volviera del mismo color que la portada del disco R.I.P, pequeños detalles que marcan la diferencia.

De aquel tremendo clásico, la banda dio paso a la hermosa y desenfrenada “Die by My Hand”, canción en la que Coroner sacó a relucir todo su talento para entregarnos un cierre digno de unos músicos de elite. Una vez acabado el evento los Thrashers se dispersan, los rostros sonrientes, indican que la tarea está cumplida, los veteranos y los jóvenes se despiden con una cerveza en la mano y con una notoria felicidad luego de haber cumplido el sueño de ver a la banda de su vida.

A modo de conclusión solo queda decir que Coroner es una de esas bandas que quizás por azares del destino o vaya a saber uno porque nunca lograron salir del todo del underground pero a pesar de ello, si lograron hacerse un nombre importante en la escena, a la vez que también han logrado marcar a varias generaciones con su inconfundible estilo e indiscutible talento.

Ayer la Sala Metrónomo tuvo a una de las mejores bandas que han pisado su escenario y a cambio ayer Coroner tuvo consigo una de las audiencias más devotas y entusiastas que esta tierra puede entregar y eso sin duda no tiene precio. Esperemos que la banda regrese pronto y ojalá con nueva música bajo el brazo, acá los estaremos esperando listos y dispuestos para entrar nuevamente al mosh-pit.