Muchos no creen lo letal del rayo que con un cegador resplandor silencia todo al rededor, inyectando furia al viento, Aún con el tiempo contra ti, la sangre que proterva emerge en descontrol, inyectando las venas de furioso resplandor. Dominio es una tremenda bocanada que inunda el alma de ráfagas furiosas que muestran lo incansable del poder que cada uno tiene en su interior, y desde sus iracundas letras nos inyectan resiliencia enfundada de poderoso heavy metal.

Muchas veces silenciado o relegado a segundo plano, Dominio muestra que el icono negativista se derrite al escuchar cada canción que se despachan con tremendo resplandor, acelerando el camino que lleva a esos campos que nos invitan a luchar para no rendirnos jamás. Cada paso de damos va impregnado por himnos qué resuenan una y otra vez en la cabeza de miles, como un mantra sagrado que se va transformando en cantos de aquella batalla que damos a diario. 

Por momentos puedes sentir que todo no va bien, piensas en caer y tocar el fondo qué tanto te destruye, mas no te debes atrapar, escucha el susurro del viento que dice ¡No debes abandonar! Y siente cómo te va recorriendo esa energía furiosa que viene de las guitarras que siempre afiladas solo nunca te dejarán, mira como cortan el aire, atravesando los momentos en esa extrema oscuridad. Porque lo sulfuroso de Dominio está impregnado desde sus líricas a cada riff que se despachan, como una energía que explota desde lo más recóndito nos va inundando con la furia del Metal, volviendo los sones impulsivos que se arraigan en la piel machacando sin contemplación alguna, Aún con el tiempo contra ti, va expeliendo sudor que te grita a todo pulmón que la lucha es el elixir constante, debes alzar el puño y nunca doblegarte.