Rugido Austral
HAKEN EN EL TEATRO CARIOLA: VISION SEMPITERNA; EL VIRUS SE SIGUE EXPANDIENDO...
Escrito por JORGE SOTO
Fotografías por HUGO HINOJOSA
Cuando uno asiste como público a un show, muy pocas veces tiene la gran fortuna de ver a un conjunto en su mejor momento y lo que vivimos ayer con HAKEN fue un claro ejemplo de que pareciera imposible ver una presentación más perfecta, cuya cita fue en el Teatro Cariola, en donde muy lentamente comenzó a llegar la gente para estar presente en la tercera venida de la banda de Londres a nuestro país.
Cuando el reloj marcaba las 20:19, DELTA hace su ingreso al escenario. Bajo el alero de unas 400 personas en ese momento, los primeros acordes de “Gemini” se dejan caer ante un público expectante por el trabajo de la banda fundada por su tecladista Nicolás Quinteros. Luego de ello, fue el turno de “Fears”, en donde Paula Loza demuestra su clase vocal y despliegue frente a la concurrencia. Cuando aparecen en escena “So Wrong!”, “The Great Dilema” y “Oceans”, la base rítmica conformada por el baterista Andrés Rojas y el bajista Marcos Sánchez, dan muestra de su formidable técnica y calidad, para sostener el peso que un conjunto de este calibre necesita tener para su perfecto funcionamiento. Posteriormente, llegan unas palabras de su sobresaliente guitarrista Víctor Quezada, que sirven de introducción para “The Humanest”. Finalmente, “My Addictions” da el término a una actuación sólida de 42 minutos y compuesta de 7 canciones, en donde el público reconoce la trayectoria y grandes pergaminos de esta agrupación nacional que se lleva una ovación más que merecida.

Como todo buen inglés, 21:30 horas en punto, HAKEN sobre la tarima y “Puzzle Box” de su álbum Vector de 2018, da el inicio de una noche absolutamente memorable. “Atlas Stone” y el primer guiño a su álbum The Mountain de 2013, que para muchos es considerado el mejor de su carrera, mantiene el ímpetu a tope entre las 900 personas que llegaron al teatro de calle San Diego. Es cierto que la agrupación no produjo ningún disco nuevo entre su última visita y la de anoche, pero un detalle no menor es que cambiaron muchísimo su Setlist en relación al anterior, repitiéndose el plato solamente con 3 canciones.
Su último trabajo de estudio, Fauna (2023), se hace presente el tema “Beneath The White Rainbow” (esta vez sin las camisas características de la vez pasada). “Cockroach King” se ha convertido en prácticamente un clásico de la banda y como era de esperar, hizo saltar, cantar y mover los brazos a absolutamente todos. “Canary Yellow” del álbum Virus y “1985” del disco Affinity, continuaron con el gran espectáculo que la agrupación europea tenía preparado para deleitarnos.

Vale la pena señalar a Raymond Hearne, uno de los mejores bateristas del mundo en la escena actual y que, además, como si no bastara con la complejidad de los ritmos que ejecuta, también se encarga de los coros de una manera profética. “Prosthetic” desató la locura entre los asistentes, que no pararon de hacer headbangers y que incluso, se dieron el tiempo de realizar un mosh al medio de la cancha. Por supuesto que es imposible no hablar del gran frontman que es Ross Jenings, quien mantiene una voz impecable y que siempre se encuentra motivando al público, incluso dándose el lujo de usar, por varios minutos, unos lentes que fueron regalados por un fan de la primera fila. “Carouse y Deathless” continúan con el impecable recital que estamos presenciando en una interpretación magistral, resaltando gran trabajo y conexión que tienen Richard Henshall y Charles Griffiths, tan latente que por momentos se normaliza o parece muy simple de obtener; definitivamente el fiato que demuestran sobre el escenario es extraordinario.
La aparición en la lista de “Falling To Earth”, se encarga en destacar el excepcional desempeño que Peter Jones y Conner Green realizan en la banda. Llega el minuto de “Drowning In The Flood”, que daría paso al cierre de la primera parte de la función. Para el bis la agrupación, la banda vuelve con la extensa “Visions”, para culminar un show absolutamente magistral, que incluye la clásica bandera chilena en manos de su frontman.
En definitiva, fuimos partícipes de una colosal fiesta del metal progresivo, en donde Haken tiene un lugar más que ganado en la escena a nivel mundial y en donde el paso de los años los muestra con más ambición en el contenido de su discografía, no tener miedo a experimentar, buscar otras direcciones y no quedarse en el mismo lugar. Asimismo, un detalle a tener en cuenta y no menor es el sonido de sus shows en Chile que pareciera no hacerles justicia con la nitidez que la agrupación merece resonar en vivo, en ninguna de sus presentaciones en nuestro país.
Un show que quedará en la memoria de los fanáticos por la calidad técnica de los ingleses, por no enfocarse solo en el último disco, sino todo lo contrario, al repasar gran parte de su discografía y principalmente porque los asistentes estaban absolutamente desatados. Prueba de ello es que pasados varios minutos de terminado el espectáculo y cuando la banda realiza su foto de rigor, los presentes seguían cantando.

Si Chile no es el mejor público que ha tenido Haken en su historia, entonces ¿Cuál?