Rugido Austral

LA DECADA DE MIBAR: ARTEAGA, MORTAJAS Y THE ANSWER LIES IN THE BLACK VOID

Escrito por MARIO GONZALEZ

Fotografías por FOTOS METAL

Las sombras cubrieron la noche en Santiago, Mibar fue el epicentro en dónde se volvieron a reunir las almas de los malditos que llenaron cada segundo con un manto lleno de penumbras y misterio, el ambiente se inundó de una oscuridad pétrea, mientras desde la hondonada los sones atiborraron nuestras almas.

24 de mayo 2025

Nuevamente en una noche narcotizada de Santiago Arteaga nos contagia con su maldito, psicodélico y bailable retro fuzz diabólico, haciendo ebullir el ambiente con todo su potente son, siendo embutidos en el ritual y trance eterno de la bruja en descontrol. 

La cadencia de lisérgicos, ácidos y crudos sones nos llevó a un viaje denso, lleno de sustancia, en donde la psicodelia y la experimentación es el hilo conductor de la presentación, llevándonos a un viaje que no para en ebullición. 

Arteaga nos adentra en sus secretos más profundos para así abrir las puertas del infierno, con un pentagrama imbuido en salvia virginal nos da una bienvenida infernal. Nos lleva al abismo lleno de sadismo de la mano del mismo Satán, somos imbuidos en el torrente del vil néctar, ese que se vuelve cada vez más lujurioso de intenso horror al cuál somos arrastrados por el sádico intenso color del averno, lleno de dolor, de lujuria y perversión.

Rito ocultista de vorágine intensa, el camino es un regadero de sangre, corroído por el satanismo y la distorsión, atiborrados de una enjundia tupida y gruesa, la noche no descansa en el vieja que se vuelve intoxicante. Pistas llenas de perversión donde por momentos nos hundimos en una lujuria que es deseante de más y más, viscosa, lasciva, que en instantes nos vuelve a la superficie en un mantra tántrico lacerante. 

Arteaga nos condena por el eterno a recibir sus efluvios llenos de alcohol que nos hacen danzar con la muerte, proyectando toda su radiación cautivadora y punzante, hechicera y embrujante, un eclipse de espiral punzante. Baile incesante en el cual siempre fuimos acompañados por el embrujo de pistas de pesada psicodelia conjurando una nueva noche de satanismo con pirotecnia.

Mortajas se vuelca al escenario con todo, el cuarteto proveniente desde la quinta región y la R.M, nos vuelve a inundar con su hipnótico y lóbrego DOOM Metal, el cual nos hace recorrer escondites llenos de sonoridades faustas, pantanosas y embadurnadas de podredumbre humana. Entregándonos funestos sones cargados de una melancolía profunda que cuela los huesos haciendo mella en el interior más profundo de aquellos suplicantes que pena deambulando por esta infesta avenida.

Con la sangre teñida de negro, fatalista y ruinosa, llena de oscuridad funeraria, que nos hace recorrer parajes oscuros, pero a la vez llenos de dinamismo que entregan estos momentos composiciones teñidas de una oscuridad plena. Mortajas nos inunda de aires aciagos, funestos, que nos transportan a un estado de melancolía profunda, desarrollando momentos de una introspección serena, que por instantes se vuelve de una profundidad agresiva, que nos lleva a preguntarnos por esta maldita existencia.

La angustia llena la noche con sonoridades que buscan sanar las llagas que supurantes están, haciéndonos volver una y otra vez a recorrer escondites en dónde vocales angustiosas no nos dejan respirar, y el silencio nos oculta a pesar que no podemos avanzar en este manto que Mortajas vuelve a colar.

Riffs llenos de una osca profundidad, pesados, sombríos, con el machacar de la batería que en cada golpe nos condena más la existencia, el bajo se vuelve tétrico en compañía de las vocales de profunda gravitación, y melancolía entonación. Mortajas es profundo, flemático en donde el sentir funesto nos inunda a cada momento, es una placida tortura marcada a fuego gracias a los azotes llenos de pesadez sempiterna con esos riffs profundos y arrastrados que nos llevan por paisajes desolados, en donde el tiempo se detiene y la lobreguez continua el coloquio infesto. 

El dulce dolor nos siguió inundando las yagas, qué se volvieron placenteras al ser la guarida qué protege del devenir sin destino, sentimos que por momentos nos perdimos en lo temible desconocido, The Answer Lies In The Black Void nos hizo que lentamente fuimos imbuidos en la letanía de la vida que se va escapando en esta noche llena de alegorías.

El desfallecer nos inunda como el petricor matutino, los ojos buscan consuelo desde lo profundo del misterio, cuando la esencia vuela para derrotar la espina que fuerte se incrusta cada día, melodías intensas hacen que regresemos a esos caminos donde la tierra se une con el cielo, en donde no existen más escudos en los cuáles podamos escondernos, no quedan ya fantasmas a los cuáles tengamos que sacrificar para acallar las voces que suelen palpitar.

Páramos erosionados albergaron el andar, y en Mibar nos llamaron para acaecer en sus regazos, descansar el alma doliente que negra emerge, perdiéndonos en el óxido desapareciendo con el pulso, que se vuelve más lento, el respirar más profundo como viniendo de otro tiempo al lugar donde el viento tiene una fuerza sin igual.

Volver una y otra vez a pisar esta tierra es un presagio que frena fronteras, mientras más alejado nos encontramos del ulular del camino, somos vestigios de parajes que fueron más fuertes en un pasado que se va perdiendo como arena en el viento, es el llamado que resuena en el pecho como un golpe seco que grita en un torbellino eterno. En Mibar el trance es imperecedero, cacofonías integras se impregnan a la atmósfera que por momentos se vuelve agreste y severa, la pasividad se erradica bajo el afluente que permanentemente se manifiesta en evocaciones que se vuelven soberbias de exigencias. Palpitar impertérrito, denso, fosco, la serenidad que nos impregnaron con sus notas nos proyectó sobre la tundra o el mar congelado, ese que domina el fin de los tiempos, asesinando para acallar los gritos de impaciencia de millones de almas en penas.

La voz melodiosa que en momentos es un susurro de viento puelche, se vuelve atronadora y membruda para envolvernos en un manto de fuego en donde la calidez y vigor hacen que el eterno hielo que inunda las agrestes planicies y se vuelva un cause creador. The Answer Lies In The Black Void nos sumergió en un viaje lleno de atmosferas que desencadenaron miles de emociones, sensaciones, sentimientos, que irradió plétora desbordante que en instantes pudo ser opresora y angustiante pero mientras nos fuimos conectando con esas fuerzas primigenias encontramos un placer soterrado mientras recorrimos aquel camino, esos mismos devenires se vuelven liberadores, rompiendo moldes, liberando tensiones.

The Answer Lies In The Black Void nos hizo navegar por ambientes cálidos de aguas calmantes que nos lavaron el dolor de la ausencia, esa que por cada año que pasa va aumentando nuestra desesperación que va carcomiendo nuestro interior.