Chile se hizo parte de la gira interplanetaria del maestro de los riffs acelerados “The 40th Anniversary tour” la cual celebra el lanzamiento de su icónico “Rising Force” de 1984 y toda la trayectoria de este músico sueco, la cual cuenta con más de 20 discos de estudio, por lo que el espectáculo prometía ser de gran nivel y no decepcionó en ningún segundo.

El ex Steeler y Alcatrazz logró encender con su ultra velocidad, expertís, pirotecnia, y gran dominio del escenario, a todos los asistentes, que llenaron el teatro coliseo, y que fueron testigos incrédulos de cómo lleva a un nivel superlativo a su amada Fender Stratocaster que dibuja su nombre inscrito con orgullo. A todo esto, la puesta en escena fantástica sumaba una gran muralla de amplificadores Marshall lo que fue una verdadera locura.

Se nota que este artista es una leyenda viviente de los grandes exponentes-dioses- de la guitarra, con pinceladas de director de orquesta y dominio absoluto. Da la sensación de estar frente a una deidad que pasó de ser mucho más que Rock Star tradicional, sino que se llegó a un escalón más arriba casi  acercándose el Olimpo musical.

La banda que lo acompaña cumple muy bien con lo suyo, en especial el tecladista y también cantante, Nick Marino, quien interpreta los temas más exigentes vocalmente hablando, sin dejar de lado su gran trabajo en las teclas. La música se traspasa de instrumento en instrumento a través de las composiciones que conocemos a la perfección y que añorábamos escuchar una vez más en vivo convirtiendo la noche en una velada única llena de prodigio técnico.