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BRUTAL ASSAULT 2025 dia 3
Fotografías de: RUBÉN GARATE
Escrito por: JUANE
Día 3: Sangre, distorsión y oscuridad bajo el sol bohemio
Para los treintones y cuarentones cuesta seguir el ritmo del metal después de tantos días. Hoy comenzamos un poco más tarde, pero eso no significa que haya sido menos brutal. La jornada arrancó con Avulsed, quienes entre sangre, vísceras y death metal puro entregaron una presentación de entrega total: headbanging, guitarras afiladas y ritmos perversos. ¡España también tiene metal, y del bueno!
Bajamos las revoluciones con Monolord, quienes pese a su corta carrera ya suenan como veteranos. Actualmente cuentan con el apoyo en teclados y guitarra del gran Per Wiberg (ex-Opeth, ex-Spiritual Beggars), garantía de clase y peso. Su stoner/doom es adictivo y envolvente, una masa sonora que te atrapa y no te suelta.
Nuestra diosa noruega Kathrine Shepard de Sylvaine nos regaló una presentación que tocó el alma: belleza, oscuridad, nostalgia y crudeza en perfecta armonía. Un show íntimo y emocional que se sintió como un bálsamo en medio del caos.
El grindcore enfermo de Pig Destroyer irrumpió con furia, demoliendo cánones y tímpanos como lo hacen desde hace casi 30 años. Luego fue el turno del death metal denso y grave de Asphyx, una verdadera aplanadora sónica. Años de carrera y aún mantienen la humildad intacta. Dato curioso: Martin van Drunen apareció con una polera de la banda chilena Putrid Yell, un guiño que nos llenó de orgullo.
El festival no sería lo mismo sin una buena dosis de thrash metal, y Overkill vino a recordarnos por qué son leyenda. Diez canciones, cero relleno: no fillers, only killers. Puro fuego germano, ejecutado con la precisión y energía de siempre.
Volvimos a bajar las revoluciones con los suecos Hällas, una de las bandas más “suaves” del festival, pero también de las más esperadas. Su rock aventurero de espíritu setentero —mezcla de Uriah Heep, Rainbow, Camel y Nektar— dejó a todos atónitos. Una joya de elegancia retro y misticismo progresivo.
Grave nos devolvió a la brutalidad con su formación clásica, centrando el set en sus tres primeros discos. Fue un viaje directo a los 90, cuando el death metal era crudo y sucio. Treinta y cinco años después, siguen sonando frescos, demoledores y absolutamente devastadores.
Con la caída de la noche, la oscuridad se hizo presente con Mayhem y su tour de 45 años. Un repaso por toda su discografía, desde lo más reciente hasta los clásicos de De Mysteriis Dom Sathanas y Deathcrush. Un setlist hecho para los verdaderos devotos, sin concesiones ni espacio para posers.
El dominio del black metal continuó con Dimmu Borgir, quienes desplegaron toda su parafernalia: fuegos, corpse paint, teclados omnipresentes y un sonido de lujo. Con una puesta en escena monumental, repasaron gran parte de su carrera en un show tan espectacular como sólido. Esperamos verlos pronto en Chile, donde los fans aún los esperan con ansias.
Y para cerrar el tercer día, una muralla de sonido: Cult of Luna. Dos baterías, luces hipnóticas y capas infinitas de guitarras que crearon un trance cósmico de seis canciones. Entre ellas, estrenaron en vivo un tema completamente nuevo —un lujo que pocos pueden darse. Después de ese viaje por el espacio-tiempo, no quedaba más que rendirse al sueño para recargar energías antes del último asalto.
